sábado, 20 de junio de 2015

La escuela que me gusta.

Hace muchísimo tiempo que quería hablar sobre este tema, pero la verdad es que no me apetecía enfrentarme al interminable debate que cada vez que este asunto sale a la luz, acaba suscitando.
Ahora que el curso escolar ha acabado para los niños, los padres vuelven a enfrentarse con las sempiternas listas de libros de texto y los maestros empezamos a vislumbrar cómo se plantea el próximo curso escolar.
Este ha sido un año especialmente duro para mi y lo ha sido por muchos motivos. El principal es que, paradójicamente, y aunque cada año me siento un poquito más libre, no he sido valiente para trabajar como creo que hay que hacerlo. La libertad a menudo da miedo y yo no soy tan valiente como muchos creen.
Y no lo soy porque mi forma de entender la educación y la escuela coincide, afortunadamente, cada vez con mayor número de maestros y padres, pero sigue encontrando innumerables resistencias en el entorno escolar.
La educación debe ser un trabajo colectivo y en este momento en el lugar donde trabajo no parece que vayamos a ponernos muy de acuerdo en nuestros planteamientos y metodologías.
El curso pasado, otra compañera y yo decidimos prescindir de los libros de sociales, naturales, inglés y plástica porque entendemos que en una metodología de trabajo por proyectos y en una concepción de la educación donde el niño es el que construye con nuestra ayuda el conocimiento, el que investiga y el que descubre su entorno de forma crítica, un libro de texto supone más un freno que una ayuda.
Esta decisión fue vista por muchos compañeros como una pequeña revolución que muchos han intentado frenar, convenciéndonos de que el libro es sólo una ayuda.
Cualquiera que se haya movido en entornos escolares sabe que un libro de texto es un pequeño tirano,  la mayoría de maestros que conozco utilizan el libro de texto como principal recurso, es cierto que muchos se apartan de él en mayor o menor medida pero siempre, o casi siempre, es el libro el que acaba marcando los contenidos a trabajar y acabamos haciendo lo que el libro pretende que hagamos, personalmente el libro apaga mi posible creatividad y a menudo acabo cayendo en lo fácil: trabajar desde sus contenidos y mandando a los niños muchas de las tareas que propone.
Una vez que los niños tienen un libro encima de la mesa, moralmente debes trabajar con él. No me parece ético hacer gastar a los padres el dinero que cuestan estos libros para acabar usando ese libro de uvas a peras y de forma residual. En ese caso, sería preferible y mucho más económico, hacer una fotocopia de ese contenido puntual.
La mayoría de ejercicios que propone el libro son aburridos y no tienen conexión alguna con la vida de los niños.
Como digo, el año ha sido duro: al principio los padres desconfiaron de la ausencia de libros, cuestionaron que tal vez llevaban pocos deberes y a veces les costaba entender que se puede aprender sin exámenes. Afortunadamente, poco a poco fueron confiando más y hoy son muy pocos, por no decir ninguno, los que desconfían.
Este año no he tenido muchas fuerzas para luchar, la compañera que conmigo decidió prescindir de libros, a la que quiero y admiro,  ha estado ausente este curso por motivos de salud y aprovechando un eventual permiso mio, se han puesto los textos para el año que viene: vuelve a haber libro para todo. He preferido callarme y hacer luego lo que quiera, que es en definitiva lo que casi siempre se hace.
Evidentemente yo diré a las familias que no se los compren, pero con los libros de lengua y matemáticas no me atrevo, es agotador luchar solo contra la corriente.
Me siento incapaz de emprender una lucha en solitario que cada vez agota más, de enfrentarme con compañeros, de tener que justificar continuamente todas mis acciones,...
No me siento orgulloso de decir que otro año más, aunque muchos me sigan viendo como el pequeño díscolo, me han vencido.
No me siento capaz de decirle a los padres que este año no les compren libros de texto, que los libros de texto matan la creatividad, que tal vez muchos de esos maestros que llevan años metiéndoles en la cabeza que los libros son fantástico, que hoy en día son preciosos y que tienen maravillosos contenidos digitales, les engañan. Que los usan porque para ellos es más fácil. Creo que lo peor es mentir y hacerlo sabiendo que se hace. Seamos sinceros y digamos a los padres que realmente no estamos formados para elaborar nuestros propios materiales y actividades, que no tenemos tiempo, que nos somos capaces de coordinarnos como equipo, que estamos sobrepasados, lo que queramos, pero no les mintamos....

No me siento capaz de decirles que los están engañando; que un niño de tercero no tiene que saber de memoria las partes de una planta y su forma de reproducción, los tipos  de máquinas y sus elementos, que aunque estudien las reglas de acentuación, no van a ser capaces de aplicarlas, que yo mismo  he tenido que recordar los tipos de triángulos porque no los recordaba, y que a menudo los maestros pasamos por alto los contenidos procedimentales u actitudinales que es precisamente donde debe estar el acento....
No me siento capaces de decirles que estoy harto de los deberes, que a veces no me duermo por las noches porque siento que me estoy traicionando a mi mismo, que esos deberes no sirven, que me siento muy mal cuando hablan conmigo y soy consciente de que los deberes suponen en casa una lucha diaria, que lo que deben hacer es leer cosas que les gusten, investigar, descubrir, experimentar....

No me sentiré capaz de decirles cuando me pidan tareas para el verano, que eso es absurdo, que el que les contó el cuento de no perder el hábito, tal vez no haya reflexionado sobre la utilidad pedagógica de esa tarea como yo lo hago y que en le verano un niño debe  disfrutar al máximo de la vida.

No les diré que sí, que es cierto que no repite nadie en mi clase y que es fácil que nunca en los años que me queden en la escuela deje a nadie a repetir. Que no tengo la poca vergüenza y falta de profesionalidad de dejar a repetir a nadie como un castigo por vago, que repetir curso casi nunca mejora los problemas, que a veces los que tendrían que repetir empezando de cero como padres son ellos, o yo como maestro.

No les diré que los niños son maravillosos, que trabajar para ellos es la mayor fortuna. Que son curiosos y quieren saber cosas por su propia naturaleza y que casi siempre, cuando esa ilusión y espontaneidad se pierde, no es por culpa del niños.

No les diré que no pienso hacer ningún examen porque no sirven nada más que para que todos nos autoengañemos y que trabajaré por proyectos, que experimentaremos e investigaremos, que trabajaremos juntos y nos divertiremos y que esos procesos y productos serán lo que evaluemos.

No les diré esto o se lo diré muy maquillado porque sé que ello haría estallar las alarmas, pero lo haré, lo seguiré haciendo.. Lo haré pese a cuestionarme cada día si voy por el buen camino. Ayer despedí niñas y niños curiosos, apasionados, ilusionados y sobre todo felices, Creo que ese es el camino y de momento creo quye seguiré andándolo.
Sé que no he podido expresar todo lo que quería, se que este texto me hará parecer presuntuoso para quien no me conozca, sé que me diréis que me creo mejor y que menosprecio el trabajo ajeno, que me equivoco. Que repetir a veces es bueno, que los deberes ayudan a crear hábito y reforzar contenidos, que hace falta memorizar, que los exámenes son necesarios y que se ponen muy concienzudamente y no aquellos que propone el libro, que los libros de texto ayudan y que los niños los necesitan para organizar el trabajo,...
Tengo respuestas para ello, respuestas en la mayoría de ocasiones científicas y fruto de mis muchas experiencias, lecturas y formación, sé que muchos de vosotros anteponéis vuestra experiencia a vuestras lecturas sobre pedagogía y vuestra formación y lo respeto.
No pretendo polemizar y voy a intentar, no sé si lo conseguiré no entrar en debates. Me encanta debatir pero ahora, de verdad estoy muy cansado.
Sé que me equivoco muchísimo  y aprendo a diario de mis errores pero también sé que a menudo maestros y padres tenemos nuestros estilos educativos por inercia o porque reproducimos modelos aprendidos. Intento cuestionarme todo y a partir de esas dudas aprendo a diario.
Confío en que algún día nuestros gobiernos den a la educación la importancia que tiene, que miremos a modelos educativos que funcionan y que en vez de mirarnos la escuela franquista y postfranquista en la que estudiamos muchos de nosotros, nos miremos en la escuela de los países nórdicos. Confío en una escuela amable, que enseñe a cooperar y que sepa potenciar las fortalezas de cada niño. Si son curiosos, espontáneos, críticos y apasionados van a aprender: segurísimo.
Confío en una escuela con maestras y maestros apasionados por su trabajo, muy formados y que siempre tengan un corazón de niño latiendo fuerte. Luchemos por ello.

10 comentarios:

  1. Estoy muy de acuerdo con lo que escribes, y me alivia un poco cuando veo que alguien más duerme mal cuando siente que no está haciendo aquello en lo que cree, y cuando hacer clases libres sobre algún contenido u horario que te lo permita, es cuando realmente sales iluminado de la escuela, porque ellos te han contagiado su luz. Ánimo en tu clase, es necesario que haya gente inconformista. Y los hay. ;)

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  2. ¿En qué momento me has leído la mente?
    No lo hubiera podido expresar mejor. Gracias.

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  3. Enhorabuena!!! Y ahora a descansar de la lucha!! Eres un buen maestro!!! Y lo sabes!! Para ser auténtico... Es triste, pero hay que enfrentarse a mucha gente. Ahora descansa... El curso es duro :)

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  4. Yo me he enfrentado a compañeros desde que empecé lo que me hizo cambiar de centro muchas veces, incluso pedir excedencia e irme a probar otro tipo de centro... Ahora me planteo descansar y tomar distancia para luchar porque cada día estoy más convencida de que tenemos que empezar a hacer ruido, y hacer que nos escuchen... Yo seguiré buscando un lugar donde la escuela sea lo que yo creo que tiene que ser, o me dejen, al menos, intentarlo... Y recuerda que los obstáculos nos hacen fuertes!! Feliz verano y mucho ánimo!!!

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  5. No estás solo.Cada vez somos más los que nos cuestionamos lo mismo y no podemos dormir por las mismas razones.Una escuela amable es posible.Ha sido un año largo,duro y lleno de emociones. Ahora toca descansar y coger fuerzas para seguir luchando por la escuela en la que creemos.Animo!!

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  6. Alguien dijo que podrán talar todos los árboles pero nunca podrán detener la primavera. Ánimo y nunca dejes de luchar por lo que crees,esa es la esencia de la vida

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  7. Alguien dijo que podrán talar todos los árboles pero nunca podrán detener la primavera. Ánimo y nunca dejes de luchar por lo que crees,esa es la esencia de la vida

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  8. Alguien dijo que podrán talar todos los árboles pero nunca podrán detener la primavera. Ánimo y nunca dejes de luchar por lo que crees,esa es la esencia de la vida

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  9. Hola, le saludo desde México. Al leer sus palabras puedo notar su pasión y me contagia. He de decirle que comparto su visión y en gran medida su sentir, entiendo las dificultades que representan muchas veces el sistema y la cultura por un lado y la comodidad y la inercia por el otro. Sin embargo le animo a que continúe con esa pasión, aunque las ganas de luchar no sean muchas, le animo haciéndole saber lo mucho que ha estimulado este escrito mi propio deseo de seguir.
    Eunice Valdez

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  10. Hola, gracias por tu entrada y enhorabuena por tus conclusiones.
    Yo soy padre y no podría estar más de acuerdo con lo que dices.
    Es un soplo de aire fresco encontrar profesionales con tanta cordura.
    Me gustaría poder enlazar entradas de tu blog en mi facebook, con tu permiso.

    Un saludo y ánimo, que nos haces falta!!!

    Ricardo Casas Fiiol de Raimond

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